Jimmy Pepinosa
EditorPese a que Wimbledon 2025 está siendo escenario de una transición tecnológica que busca marcar un cambio profundo en la forma en que se arbitran los partidos de tenis, no obstante, la intención por impulsar la integración de este deporte a los más recientes desarrollos no estuvo exenta de polémicos fallos.
Recordemos que por primera vez en su historia, el torneo eliminó por completo a los jueces de línea, delegando todas las decisiones sobre si una pelota es buena o mala a un sistema electrónico de seguimiento conocido como Hawk-Eye Live.
Esta tecnología, ya implantada en otros torneos como el US Open o el Australian Open, utiliza cámaras de alta velocidad y algoritmos de visión por computadora para calcular en tiempo real la ubicación exacta de la pelota y emite una voz grabada que anuncia “out” cuando corresponde.
Por qué eliminar a los jueces de línea
(Pexels)
Hasta el año pasado, Wimbledon mantenía a los jueces de línea como parte de la tradición, aunque complementados con la posibilidad de que los jugadores pidieran revisiones electrónicas para dirimir dudas.
Con la nueva implementación, esas revisiones desaparecieron, debido a que el sistema electrónico se convirtió en la única fuente de decisiones sobre las líneas.
El cambio obedece, según el All England Club, a la búsqueda de precisión y uniformidad en las decisiones, además de agilizar el juego y reducir las interrupciones.
No se trata de un sistema infalible
(Tennis.com)
La polémica surgió el domingo, durante el partido de cuarta ronda entre la rusa Anastasia Pavlyuchenkova y la británica Sonay Kartal en la Cancha Central.
En un momento clave del primer set, Kartal realizó un revés que, según Pavlyuchenkova, cayó claramente largo. Pavlyuchenkova detuvo su movimiento tras ver la pelota salir, pero no escuchó el tradicional anuncio de “out”. El juez de silla, Nico Helwerth, detuvo el juego y procedió a verificar el estado del sistema.
Tras comunicarse por teléfono, Helwerth anunció al público que el sistema electrónico no había registrado el último punto y, por reglamento, ordenó que se repitiera.
Pavlyuchenkova perdió ese punto y terminó cediendo el juego, lo que permitió a Kartal lograr un quiebre y tomar ventaja de 5-4 en el set. Aunque la rusa finalmente ganó el partido, el incidente generó fuertes reclamos de su parte.
“Me robaron el juego”, exclamó Pavlyuchenkova al regresar a su asiento. “Ellos me lo quitaron” según recogieron algunos medios internacionales.
“Un error humano”
(Tennis.com)
La causa de la falla fue, según reveló más tarde el All England Club, un error humano en la operación del sistema. Inicialmente, se comunicó que el Hawk-Eye había sido “desactivado en el punto en cuestión”.
Tras una investigación más profunda, se confirmó que el sistema estuvo desactivado por error en uno de los lados de la cancha durante un juego completo, dejando sin registro tres jugadas en ese lapso.
El árbitro Helwerth desconocía que el sistema estaba fuera de servicio, por lo que solo pudo emitir dos fallos por su cuenta antes del incidente que Pavlyuchenkova reclamó.
De acuerdo con el reglamento, cuando el sistema electrónico falla, el juez de silla debe decidir si la pelota fue buena o mala. Si no logra determinarlo, la regla indica que se debe repetir el punto.
Pavlyuchenkova, sin embargo, expresó su frustración tras el partido, al señalar que Helwerth le reconoció en privado que él también había visto la pelota fuera, pero optó por seguir el protocolo y ordenar la repetición en lugar de otorgarle directamente el punto.
La falla encendió un fuerte debate
(Wimbledon)
El incidente ha encendido el debate sobre la confianza en la tecnología, incluso entre los propios jugadores. Varias figuras del circuito, como Emma Raducanu y Belinda Bencic, han expresado reservas sobre la precisión de Hawk-Eye Live, mientras que otros, como Iga Swiatek, reconocen que, aunque persisten las dudas, confían en que los datos del sistema son fiables.
El caso también reabrió la discusión sobre la necesidad de incorporar revisiones en video, al estilo del VAR en el fútbol, para situaciones excepcionales, propuesta que Pavlyuchenkova respaldó tras el partido. “En un evento tan grande, creo que es necesario. Esto no es la primera vez que sucede”, declaró.
Mientras tanto, el All England Club emitió disculpas formales a las jugadoras afectadas y aseguró que revisó sus procesos para evitar que un error humano vuelva a desactivar el sistema sin que el equipo arbitral lo sepa. “Mantenemos plena confianza en la precisión de la tecnología”, afirmó un vocero del torneo.
No obstante, la eliminación de los jueces de línea, que en el pasado ofrecían un recurso humano de apoyo y también una interacción directa con los jugadores, sigue siendo motivo de debate tanto por razones técnicas como por el cambio en la dinámica emocional del juego.
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