'El Problema de los tres cuerpos', episodio 4, resumen explicado: mienten las mentiras

El problema de los tres cuerpos
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‘Su Señoría’ es, en el contexto de los cuatro episodios que hemos visto de El Problema de los tres cuerpos, el punto bajo de la temporada, dedicado como está a largas sesiones de exposición. Pero precisamente por eso, reviste una importancia imposible de negar porque en él aprendemos una cantidad importante de información.

--Siguen spoilers del cuarto episodio de El Problema de los tres cuerpos.--

'Su Señoría'

Primero, aprendemos que a los San-Ti, la raza alienígena que lanzó una armada dirigida a la invasión de la Tierra, les tomará 400 años llegar a su destino, viajando, como están, a un uno por ciento de la velocidad de la luz.

El Problema de los tres cuerpos

Es un dato importantísimo porque retira de la narrativa la dimensión individual: ninguno de los personajes que hemos seguido en la primera mitad de la temporada estará vivo cuando llegue la fuerza invasora.

Las razones pasan, entonces, de la supervivencia individual, a la de la Humanidad como todo, y a la de la ciencia y el conocimiento, que se ven amenazados por la estrategia de los invasores.

Porque la cosa es así, aunque el desarrollo tecnológico de los San-Ti es muy superior al de los humanos, les ha tomado mucho más llegar a ese punto, afectados como están por la inestabilidad de sus sistema trisolar.

En los 400 años que tardarán en llegar a la Tierra, la Humanidad, que ahora sabe que se aproximan, habrá desarrollado tecnologías comparables o, incluso, superiores.

La solución es, por tanto, detener el desarrollo científico del planeta y para eso los invasores lograron hacer llegar al planeta un par de supercomputadoras que son las responsables de los resultados sin sentido en los aceleradores de partículas, de las cuentas regresivas y de por lo menos una parte de los sucidios de científicos en todo el mundo.

Segundo: aprendemos que los San-Ti no mienten. Si el episodio 3 enfatizó la naturaleza de vida o muerte del el ‘problema’ de los ‘Tres-Cuerpos’ (que deben mudarse a la Tierra como el único modo de garantizar la supervivencia de su raza), el episodio 4 gira en torno a malos entendidos y concepciones erradas que pueden tener consecuencias desastrosas.

Entre ellos ninguno supera el apocalíptico gaffe de Mike Evans, que entera a los San-Ti de la peor manera posible de la capacidad humana para mentir.

Evans está en el mar en el barco de mando llamado Judgment Day, dotado de una antena parabólica que evoca a la de la base Costa Roja. Un flashback nos muestra a Evans y a Ye reuniéndose en Europa. Una vez más, útil información, pero los sucesos verdaderamente alarmantes ocurren en el presente.

'Les tenemos miedo'

En su diálogo con ‘Su Señoría’, una presencia alienígena de voz femenina que actúa como portavoz de la inteligencia colectiva San-Ti, Evans -por razones que solo podemos suponer- lee cuentos de hadas clásicas como -en el episodio anterior- Hansel y Gretel y -en este- Caperucita Roja.  Al registrar que la duplicidad del Lobo Feroz es una capacidad humana y que, de hecho, Evans la ha ejercido al contarles historias inventadas, los San-Ti se declaran asustados.

El Problema de los tres cuerpos

La cosa empeora después de que Mike dice que esa es justamente una razón más por la que los San-Ti necesitarán personas como él. Tras una brevísima deliberación, la mente colectiva decreta que la Humanidad no es digna de confianza (¿cómo culparla?) y dice: "No podemos convivir con mentirosos”. Evans descubre aterrado que logró ponerse, y a la Humanidad, en el lado incorrecto de una invasión interplanetaria.

El Problema de los tres cuerpos

Por su parte, Ye Wenjie lidera una cumbre de seguidores de ‘Su Señoría’ que se ve interrumpida por fuerzas especiales.

Mientras permanece en manos de las fuerzas de Thomas Wade, se muestra desafiante tras la redada, que cobró las vidas de varios de los suyos. Puede que me equivoque, pero siento que comienza a enfrentar la noción de que quizás las cosas no pinten tan bien como ella y sus cultistas esperan.

Es ella, una vez más, la que cierra el episodio. Tras ser llevada ante un panel de lo que parecen ser funcionarios a los que no ofreció respuestas, se enfrenta cara a cara con Wade, que le dice que saben de su organización y de su barco.

"Me tienen porque te lo permitieron", le dice Ye a Wade y a sus colegas. "No hay nada que puedas hacer para detenerlos. Y cuando lleguen" —dice con una perturbadora sonrisa "vas a estar tan agradecido".

Es en ese punto que cabe preguntarse qué clase de historia estamos viendo. No parece ser una de naves espaciales y rayos láser porque aunque hay naves (no sabría qué decir de los láseres), tardarán cuatro siglos en llegar.

Las apuestas son, por tanto, otras, más terrenales, más inmediatas y más dolorosas. El capítulo cuatro de El problema de los tres cuerpos es pausado, e incluso lento, pero no deberíamos permitirnos olvidar que igual sirve para poner un blanco sobre la frente de la humanidad y un dedo -extraterrestre- sobre el gatillo. Es una escena terrible, asi se nos permita presenciarla en cámara lenta.

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