La magia del Japón feudal vuelve a tomar forma en la pantalla con Ghost of Yotei, la nueva entrega de Sucker Punch que retoma el espíritu de Ghost of Tsushima para llevarlo a un terreno distinto, con nuevos dilemas, mecánicas renovadas y una protagonista que se aparta de la figura clásica del samurái.
En esta ocasión, el jugador se pondrá en la piel de Atsu, una mercenaria marcada por la tragedia y consumida por la venganza contra el grupo de forajidos conocido como los Seis de Yotei.
El juego no solo hereda la estética cinematográfica que conquistó en 2020, sino que abre un camino donde la diversidad de armas, la personalización y la exploración más viva de un Japón en transición se convierten en ejes centrales. Y tras reseñar este videojuego, en Xataka Colombia te compartimos cinco aspectos clave que te conviene conocer antes de comenzar esta travesía por la isla de Ezo (la actual Hokkaido).
1 - El dominio de las armas como clave de supervivencia
(Sucker Punch)
A diferencia de Jin Sakai, cuya katana simbolizaba su lucha entre el honor y el pragmatismo, Atsu no está atada a un único código de combate. Su condición de mercenaria le obliga a aprender y dominar un repertorio diverso de armas: odachi, yari, kusarigama e incluso un par de katanas gemelas que exigen velocidad y precisión.
El proceso de aprendizaje se articula en la búsqueda de maestros repartidos por el mapa, que, al ser encontrados, no solo desbloquean nuevas técnicas, sino que enriquecen la narrativa al transmitir fragmentos de historia y filosofía.
El resultado es que Ghost of Yotei convierte la progresión de armas en un viaje de descubrimiento tanto mecánico como narrativo.
2 - Recompensas en la caza de enemigos
(Sucker Punch)
Una de las novedades es la incorporación de las Cacerías de Recompensas, que ofrecen combates desafiantes contra jefes o bandas enteras.
Más allá de ser enfrentamientos intensos, funcionan como una oportunidad para perfeccionar el uso de armas y tácticas, además de otorgar recompensas únicas que pueden marcar la diferencia en los capítulos más avanzados.
Asimismo, tienen un peso en la construcción del mundo: cada recompensa está asociada a personajes que forman parte del ecosistema criminal de Ezo. Al cazarlos, no solo se obtienen objetos raros y recompensas útiles, sino que se va limpiando el mapa de figuras que representan la opresión de los Seis de Yotei.
Es una manera de entrelazar lo narrativo con lo jugable, recordando que la venganza de Atsu no es solo personal, sino que resuena en toda la región.
3 - El refugio del campamento
(Sucker Punch)
En Ghost of Tsushima, el jugador debía recorrer largas distancias para visitar comerciantes, herreros o aliados. Ghost of Yotei cambia esta lógica con el sistema de campamentos, que funcionan como refugios móviles y personalizables donde Atsu reúne a los miembros de su “manada de lobos”.
Estos personajes no son simples NPCs: cada uno aporta nuevas funciones, ya sea a través de mejoras de equipo, habilidades exclusivas o actividades que construyen vínculos emocionales con la protagonista.
Cocinar, tocar el shamisen o compartir relatos transforman al campamento en un espacio donde la historia se toma un respiro y se enriquece la relación con los compañeros.
A nivel práctico, el campamento concentra en un solo punto las funciones de progresión que antes estaban dispersas, lo que ahorra tiempo y favorece una narrativa más íntima y orgánica. En este sentido, el campamento es tanto un centro de operaciones como un espacio narrativo que profundiza en quién es Atsu más allá de la venganza.
4 - Un nuevo nivel de personalización
(Sucker Punch)
La personalización se convierte en un pilar clave de la experiencia. Ya no se trata solo de elegir armaduras con distintos niveles de defensa o ataque: ahora puedes moldear la apariencia, las habilidades y hasta el estilo de combate de Atsu con mayor detalle.
Las opciones estéticas permiten crear una Atsu más cercano a la figura clásica del samurái o explorar variaciones más propias de una mercenaria en busca de venganza.
A esto se suman los amuletos, que otorgan ventajas únicas y permiten diseñar configuraciones específicas según el estilo de cada jugador. Por ejemplo, si prefieres un combate defensivo puedes priorizar amuletos que potencien bloqueos y paradas, mientras que si prefieres uno más agresivo puedes potenciar daño crítico o sigilo.
En la práctica, la personalización convierte cada partida en una experiencia distinta, adaptada a la manera en que cada jugador entiende el viaje de Atsu.
5 - Los altares que otorgan poder
(Sucker Punch)
Los Altares de Reflexión son la puerta de entrada a un nivel más espiritual del juego. Están escondidos en rincones del mapa, accesibles solo para quienes se tomen el tiempo de explorar o sigan las pistas de aves doradas o mapas de mercaderes.
Al interactuar con ellos, Atsu recibe habilidades y técnicas nuevas que se integran en su árbol de progresión.
La diferencia es que estos altares no entregan recompensas de manera directa: exigen que el jugador se detenga, reflexione y asuma que el poder en Ghost of Yotei también está ligado a la contemplación y a la conexión con la tierra y los espíritus.
Una travesía de larga duración
(Sucker Punch)
Además de estas novedades, Ghost of Yotei llega con un robusto sistema de logros: 54 trofeos en total, incluyendo el codiciado Platino de PS5, que te desafiarán a invertir entre 50 y 100 horas si quieres exprimir al máximo la experiencia.
La fórmula recuerda a Ghost of Tsushima, pero con suficientes capas nuevas para consolidar a Atsu como un personaje propio dentro del universo samurái que Sucker Punch ha creado.
El resultado es una travesía de venganza, memoria y redescubrimiento que promete llevar a los jugadores de nuevo a ese cruce entre videojuego y cine, entre épica y emoción, que hizo inolvidable la primera entrega.
El Plus: DualSense cobra vida en Ghost of Yotei
(Sucker Punch)
Mientras muchos juegos aprovechan ciertas funciones del mando sin explotarlas por completo, Ghost of Yotei parece dar un nuevo aire al DualSense de PlayStation 5 debido a que logra que cada golpe, cada choque de espadas y cada tensión dramática se sienta físicamente, elevando la inmersión.
Este detalle no es menor: cuando el mando deja de sentirse como un accesorio y pasa a convertirse en un “amplificador sensorial” del mundo virtual, cada escena gana peso.
Y en el contexto del duelo samurái, donde el sonido del acero, el viento o la nieve forman parte de la atmósfera, esa conexión háptica transforma cada duelo en un momento más visceral.
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