Refugios climáticos, una solución que cobra protagonismo en medio de la ola de calor extremo que sofoca a Europa: así funcionan estos espacios

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Jimmy Pepinosa

Editor

La ola de calor que azota a Europa, con temperaturas que alcanzan los 41 grados en Francia, cerca de los 40 en Italia y cifras inusuales para el Reino Unido o Alemania, ha hecho visible una solución que se proyecta como cada vez más urgente: los refugios climáticos.

Y es que bajo los cielos abrasadores, donde el asfalto y el hormigón se convierten en superficies que retienen y multiplican el calor, las ciudades europeas han tenido que reimaginar espacios urbanos para ofrecer alivio y protección a sus habitantes.

Especialmente para aquellos más vulnerables frente al calor extremo que, según la Organización Meteorológica Mundial, se ha vuelto más frecuente e intenso como consecuencia del cambio climático.

Qué es un refugio climático

Refugios Climaticos 2 (Amusement Logic)

La definición de refugio climático es amplia, pero todos comparten un principio, constituir zonas naturales o urbanas capaces de ofrecer condiciones térmicas más benignas en momentos en que el entorno se vuelve hostil.

Es por ello que existen, en esencia, dos tipos de refugios climáticos. Los naturales, que incluyen áreas verdes como parques densamente arbolados, riberas de ríos o zonas costeras donde la vegetación y el agua contribuyen a mantener temperaturas más bajas.

Y los urbanos o artificiales, que son espacios construidos o readaptados para mitigar el calor, como bibliotecas, museos, estaciones de transporte, centros deportivos o incluso escuelas, preparados para recibir a la población en días donde la temperatura exterior alcanza niveles que comprometen la salud.

Es una medida que ha cobrado protagonismo

Refugios Climaticos 1 (CREAF)

Frente al impacto de esta ola de calor, muchas ciudades han comenzado a consolidar redes de refugios climáticos urbanos, un recurso que, aunque no es nuevo, se ha convertido en un componente esencial de las estrategias de adaptación al cambio climático.

En Alemania, donde las temperaturas han llegado a 39 grados en Berlín y a 38 en Colonia, ciudades como Esslingen, Hamburgo o Kiel han elaborado mapas interactivos que permiten localizar estos “espacios frescos”.

Se trata de lugares públicos dotados de climatización, agua potable y zonas de descanso. Incluso los parques y zonas verdes están identificados en estos mapas, sobre todo aquellos con grandes árboles capaces de crear microclimas más frescos.

Así opera una red de estos refugios

Refugios Climaticos 3 (Vortex)

Barcelona, ciudad pionera en España en esta materia, ha diseñado su red de refugios pensando especialmente en barrios con población de bajos ingresos, donde el acceso a aire acondicionado no siempre es una opción viable.

El principio tecnológico detrás de los refugios climáticos urbanos está en el manejo de la temperatura interior y en el control de la radiación solar. Además, el personal a cargo está entrenado para atender emergencias médicas derivadas del calor, como golpes de calor o deshidratación.

Muchos de estos espacios utilizan sistemas de climatización eficiente que, a diferencia de equipos de aire acondicionado domésticos, consumen menos energía gracias a infraestructuras de ventilación cruzada, materiales de construcción que reflejan el calor y dispositivos de sombreado inteligente.

En el exterior, los bosques urbanos o zonas con árboles altos logran reducir la temperatura ambiente entre 3 y 5 grados gracias al fenómeno de evapotranspiración, que disipa parte del calor mediante la liberación de vapor de agua desde las hojas.

Una estrategia de justicia climática

Refugios Climaticos 4 (Amusement Logic)

Más allá del alivio térmico, los refugios climáticos cumplen una función social y sanitaria de creciente importancia. Organizaciones como Greenpeace recomiendan su implementación en todas las ciudades europeas no solo como solución puntual ante el calor, sino como parte de una estrategia de justicia climática.

Las olas de calor afectan de forma desigual a la población, golpeando con mayor fuerza a personas mayores, niños, trabajadores al aire libre y a quienes viven en condiciones de pobreza energética, incapaces de costear sistemas de climatización en sus hogares.

En ciudades como Londres, donde viajar en metro se ha convertido estos días en un auténtico reto por la falta de aire acondicionado, estos espacios ofrecen una válvula de escape indispensable.

La lógica detrás de la promoción de refugios climáticos también está anclada en la prevención sanitaria. El calor extremo puede generar deshidratación, golpes de calor, problemas cardiovasculares y agravar enfermedades respiratorias. Asimismo, aumenta la posibilidad de impactos en los sistemas hospitalarios, obligados a enfrentar un incremento de las urgencias por estrés térmico.

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